Crooner - Bertín Osborne (o el perfecto manual de cómo cantar en la ducha)

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Estás en tu habitación tranquilamente. Te miras al espejo y piensas en lo guapo que eres y cómo has seducido a millones de mujeres sólo con tu presencia. Empiezas a desvestirte sin prisa, deleitándote con tu sobrenatural cuerpo. Vas hacia el baño, recorriendo una casa de ensueño realizada por los mejores diseñadores de interiores. Entras para prepararte una relajante ducha, pero no sin antes poner algo de música para amenizar el ritual de la limpieza corporal. La canción, interpretada por Frank Sinatra, resuena por todo el habitáculo y tú te introduces en la ducha tarareándola. Progresivamente te vas viniendo arriba y te pones a imitar a Sinatra dejándote la garganta en el intento. Y, de repente, una big band de 17 músicos irrumpe en tu momento de relax y pone música en directo a tu vaporosa imitación.

Algo parecido es lo que le tuvo que pasar a Bertín Osborne cuando grabó este disco. El hombre del momento, que tiene más trabajos que toda la población española y que cada semana ha estado en las casas de millones de personas gracias a su programa de colegueo En la tuya o en la mía, se ha lanzado a la aventura de volver atrás en el tiempo para convertirse en un crooner al más puro estilo old school. Y aunque recursos no le faltan (la big band es una de las más demandadas de nuestro país: The Bob Sands Big Band; la publicidad es brutal -sea en su programa u otros a los que le invitan-; y hasta ha adaptado alguno de los temas a español) el resultado es el mismo que el descrito en el primer párrafo. El intérprete podías ser tú cantando en la ducha, o yo, o tu padre. Hasta tu gato.

Y, contrariamente a mi visión sobre este disco, sus acólitos son numerosos. No faltan los aduladores que creen que este ‘Crooner’ saca lo mejor de Bertín, en la que probablemente sea la mejor interpretación vocal de su carrera. Espero que esta afirmación sea como decir que Kiko Rivera ha hecho la mejor interpretación vocal de su carrera. Asimismo, nos encontramos con que el disco ya ha conseguido la distinción de disco de oro por sus ventas. Y ojo, tampoco le hace falta a este hombre que le lluevan los cumplidos, porque ya se los hace él mismo, afirmando exactamente lo mismo que sus groupies que esta es la mejor interpretación vocal de su vida. Me reafirmo en lo dicho anteriormente.

Si Frank Domínguez nos enseñó con Tu me acostumbraste que el amor es algo que puede cambiar hasta nuestra forma de ser, lo que hace Bertín aquí nos enseñaría a desenamorarte de esa persona para siempre. Una interpretación básicamente hablada con unos vibratos muy extraños al final de cada fraseo para simular que está cantando algo. La sensación que deja esta técnica es como la de estar escuchando a alguien que se le ha atragantado una naranja entera. Seguiríamos con Can't take my eyes off you, un clásico de las canciones de amor. Con Frankie Valli sentíamos que estaba hablando a su pareja y la felicidad que desprendía era causa directamente proporcional del amor hacia ella. Con Bertín lo que sentimos es que se está cantando a sí mismo.

Sí, Bertín es un aventurero, un explorador y se atreve con todo. No contento con versionar esta preciosa canción de Eric Clapton, también la ha adaptado al castellano. Impresionante. La podía haber hecho ranchera también. En fin, creo que no hace falta ni comentarlas. Aunque eso sí, con la letra en español me he reído mucho.

Y llegamos al cénit del disco. Bertín se pone en la piel del cantante americano más conocido de todos los tiempos, Frank Sinatra. No le llamaban "La Voz" porque transmitiera los mensajes de Dios a los mortales, sino porque cantaba como si del ser supremo se tratase. Cuando comienza Fly me to the moon y la voz de Sinatra entra en acción vemos como su potencia traspasa la música que lo acompaña. Y sí, sé que la canción no es de Sinatra ni fue el primer intérprete de ésta, pero una vez la cantó él las demás versiones quedaron obsoletas. Atraviesa los vientos de su Big Band hasta llegar a la luna y regresar habiéndote enseñado las estrellas por el camino. Cuando comienza la versión de Bertín al único sitio que consigue transportarnos es a Albacete como mucho. No atraviesa nada, más bien se estampa con los vientos y vuelve ese vibrato con el que no demuestra más que que la voz que tiene es más limitada que una autovía a 50.

Y hasta aquí llega mi análisis, porque os juro que lo he intentado, pero no he podido seguir escuchando nada más. Con la última canción ya he quedado bastante traumatizado. Creo que si la Inquisición hubiera tenido este disco lo habría utilizado en sus sesiones de interrogatorio. Yo, por mi parte, voy a ir a la ducha a cantar Like a Rolling Stone, a ver si tengo la misma suerte que nuestro protagonista y aparece Bob Dylan a cantarla conmigo.

2 comentarios:

  1. vergonzoso... podría aplicarse lo de "cada loco con su tema" o "no te metas donde no te llaman"

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    1. Jajaja, espero que te oiga y no tengamos más ejemplos de semejante despropósito.

      Gracias por tu visita!!

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