Unto the Locust - Machine Head


Después de un disco como 'The Blackening' todos los ojos del metal moderno estaban puestos en Machine head. Y es que Rob Flynn y los suyos clavaron el resultado de aquel disco. Trallazos thrash/groove de máximo nivel, duración media de las canciones entre los siete y ocho minutos...en definitiva una banda en su cénit creativo. O, al menos, eso parecía, porque aparece, tras cuatro años de espera, este 'Unto the Locust' que no mantiene el nivel de aquel, sino que lo supera. Mientras el tétrico 'The Blackening' era una máquina apisonadora bruta y rudimentaria, que necesitaba de varias pulidas para apreciarla debidamente, este disco es todo lo contrario. canciones medidas que funcionan a la primera escucha, como una gran patada en todo el estómago, duele al instante y perdura. Eso es lo grande de este disco, que aunque las canciones sean directas no se pierden tras la escucha, y cada vez descubres detalles nuevos.

El disco se abre con 'I am Hell (Sonata in C#)' que es una pequeña suite con un principio digno de canto gregoriano de lo más épico deja paso a un frenético riff marca de la casa y un Rob pletórico a la voz que nos da la bienvenida. El trallazo que continúa no tiene precio, de verdad que no. Ocho minutos de auténtico metal de primera categoría, que podría codearse con grandes clásicos de los ochenta. Con esta canción el disco ya merece la pena escucharlo, pero vamos solos por la primera, no creais que van a bajar el nivel. Ahí está 'Be Still and Know' para confirmarlo. Un comienzo inmenso con un tapping vertiginoso, solo es la muestra de lo que viene a continuación. Y es que chicos saben muy bien ya lo que se hacen y su calidad es innegable. El estribillo bien podía estar sacado de algún gran tema de viking y solo hace más grande al tema.

'Locust' es el primer tema que me parece flaquear debido al coqueteo que le encuentro con el metal más moderno y comercial, Eso sí, en un tema de siete minutos no nos iban a dejar de vacío y nos regalan un estribillo bordado y unos solos a dos guitarras totalmente impresionantes.
Le sigue 'This is the End', un tema de los que estos chicos parecen tener la patente, porque no he escuchado nada así en años. El ritmo frénetico de la batería parece hipnotizante (esos dobles golpes con el doble bombo en modo ametralladora me parecen increíbles). Tanto el arpegio inicial como el estribillo es de lo que no puedes olvidar fácilmente.

Y así llegamos a 'Darkness Within' que, que queréis que os diga, es una canción que me puede. Me recuerda -en estructura- a las grandes power ballads de Metallica ('Fade to Black', 'Welcome Home (Sanitarium)', 'One'...) y eso ya dice muchísimo de la canción. Con un principio tranquilo y acústico y un cuerpo mucho más caótico y brutal esta canción te deja sin aliento en todo momento. Mi preferida del disco.

La penúltima canción, 'Pearls Before the Swine', es el tema que veo más flojo dentro de la dinámica general del disco, pero es que claro, un tema simplemente bueno, con buenos riffs y buenas melodías no lo puedes colocar entre la canción anterior y el genial tema que cierra el disco: 'Who we Are'. Una canción que comienza con una coral de niños a lo 'Another Brick in the Wall' de Pink Floyd para luego sonar como solo ellos saben. Para mi es la canción más perfecta del disco -aunque sienta predilección por 'Darkness Within'- con un estribillo cargado de potencia e intenciones, unas estrofas muy elaboradas, un solo totalmente genial, ritmos originales y poderosos (ej. minuto 3:13) y un final épico como pocos con la coral de niños acompañando a Rob para dar paso in decrescendo a unos preciosos violines y violas. Una genialidad de canción.

En la edición especial vienen dos bonus tracks con versiones de 'The Sentinel' y 'Witch Hunt' y Judas Priest y Rush respectivamente. Una revisión y homenaje a los clásicos y una manera de que se conozcan a través de otros medios. La versión de los Metal Gods les queda clavada, con un toque personal en todo el tema, pero sin salirse del papel.
La de Rush es para estudiarla ya que la voz de Rob parece por veces -salvando las distancias- la de Maynard James Keenan de Tool. En todo caso, el disco es el disco y es una obra de arte del metal más moderno.

Miembros:
Rob Flynn - Voz y guitarra
Phil Demmel - Guitarra
Adam Duce - Bajo
Dave McClain - Batería

Publicado en septiembre de 2011.

Trapecista - Marwan

Descubrí hace relativamente poco a este cantautor gracias a Sinmedirpalabra y la verdad es que me ha ganado. Este disco trata más de escuchar las grandísimas letras de este cantautor de origen palestino y español que su música, aunque esté también muy bien trabajada.

Dentro de la rama musical de los cantautores, este artista sobresale por sus influencias claras del reggae para realizar sus canciones y por sus letras, que, aparte del tema típico de este colectivo, como es el amor, tiene temas muy comprometidos, trata temas actuales y críticas a la sociedad. Y este disco es sin duda mi preferido.

En la primera canción 'Palabra por palabra' utiliza un reggae muy pegadizo y una letra en la que intenta hacer una especie de 'mundo al revés'.
'Mi paracaídas' tiene un tema típico dentro de lo acostumbra a ser este género, el desamor. Pero eso no la hace menos fresca y agradable al oído, con sus momentos de incluso euforia.
'Meninos da rua', el tema que le sigue, bien podía ser la banda sonora de la película 'Ciudad de Dios' (impresionante, por cierto). El tema tiene una de las mejores letras de todo el disco y de las que he escuchado hace mucho tiempo. Incluso el ritmo de la canción, entre reggae y canción protesta es el perfecto para ella, que pese a ser durísima hace que quieras escucharla una y otra vez.

'El chándal' es una canción sencilla, pegadiza, alegre, de esas que te pones para esos momentos depresivos que tenemos en cualquier día malo para animarte y sentirte mejor. Continúa el disco con 'El próximo verano', una canción más melódica, más íntima y pausada, a lo que, sumando la voz de Ismael Serrano, que participa en el tema, la cosa se convierte en todo lo contrario a la canción anterior (seguramente puestas seguidas para crear esta especie de contrapunto).
 'Adolescente' es un tema más bien autobiográfico (como casi todo en un cantautor) donde este artista nos muestra una parte de su vida mediante tonos melancólicos.
Sigue con 'Como decirte' que tiene una dinámica parecida a la de 'Mi paracaídas' de desamor con un ritmo más pausado, más depresiva y triste. Nunca he sentido predilección por este tema.

Llega así una canción alegre y directa, con una gran y con una música muy cuidada y pegadiza. Un reggae acelerado en el estribillo (que no ska) hace que pase a ser de las mejores del disco. En 'Qué pasa' Marwan hace un bajón ya que no le veo tan imaginativo como en las demás, sobre todo musicalmente. Quizá lo hizo para demostrar que después de algo así  'Canción a mi padre' se queda como a años luz. Un himno para su padre (y para miles palestinos que han pasado por lo mismo que él) que tiene el ritmo de reggae acostumbrado mezclándolo con una especie de rumba electrizada, con una letra que emociona cada vez que la escuchas. Genial.

La penúltima canción, 'Ángeles' tiene una letra de amor, pero siendo un tema tan típico, se agradece la originalidad de la letra, así como el arpegio inicial que acompaña a toda la canción. Un tono de voz clavado para esta canción y un estribillo que se queda con que lo escuches una vez.

Cierra el disco con 'Jueves 7:36h' que habla del terrible atentado del 11-M en Madrid y la verdad es que trata un tema muy delicado de una manera muy elegante y bonita, dando lugar así a una canción triste pero bella.

En definitiva un disco sencillo (que no simple), agradable a la escucha (que no comercial) y directo (que no fácil) que se disfruta plenamente en directo.


Miembros:
Marwan - Voz y guitarra.

Ancestral Romance - Dark Moor


Empezaré con este disco las críticas de discos españoles. Empieza con la canción de 'Gadir', que tiene un inicio con mucha fuerza, muy en el estilo del grupo en general. Un estribillo cargado de tonalidad de himno y voces dadas para la ocasión.
'Love from stone' tiene un estilo muy Nightwish (época 'Once' y demás) muy melancólico y sinfónico, pero no me acaba de convencer, demasiado edulcorado.
'Alaric de Marnac' tiene todas los elementos de una gran canción de power metal, sobre todo ese punteo de guitarra y el solo del teclado y la guitarra conjuntos. El doble bombo de la batería, el bajo a toda velocidad, etc. Pero me falla la voz en el estribillo, aunque sigue siendo un gran tema.
Llegamos así a una de las obras maestras de este disco: 'Mio Cid'. Quizá algunas les echaran en cara que canten esta canción en inglés, pero se nota que estos chicos se sienten más agusto en este idioma y si sirve para que la canción salga así yo me quito el sombrero. Power del bueno, un estribillo perfecto, estrofas muy poderosas y un final que regala una sorpresa digna de los más grandes con un canto de juglar que te traslada a la Edad Media. Un tema que muchos soñarían realizar.
'Just Rock' es lo que anuncian, un hard-rock de lo más directo aunque lleva las señas de identidad del grupo con sus orquestaciones en las partes instrumentales.
'Tilt at Windmills' que habla del grandísimo Quijote vuelve al sonido más melódico y melancólico, con dueto en el estribillo con una voz femenina. El solo es de lo más bello del tema.
Y tras esto esta canción llega la razón (junto a 'Mio Cid') de que este disco haya llegado hasta este blog. Estoy hablando de la 'Canción del Pirata'. Y es que a estos chicos de Dark Moor les gustan los retos. En su anterior disco 'Autumnal' lo demostraron con creces al realizar una versión metalizada del 'Lago de los cisnes' de Tchaikovski y ahora en este disco se han metido cuesta abajo y sin frenos en un buen follón. Poner música a la 'Canción del Pirata' y no morir en el intento es algo muy muy complicado pero si además un grupo como Tierra Santa, que es del mismo estilo que tú, y que ha tenido muchísimo éxito dentro de nuestras fronteras, también la ha hecho a un nivel muy alto se complica aun más.
A un enamorado como yo de la versión de Tierra Santa, por poder ponerle música a este precioso poema, no creía que me pudiera convencer, pero lo ha hecho por encima de aquella. La voz de Alfred es estremecedora, con tesituras vocales graves nunca antes escuchadas en su carrera. El ritmo en la canción parece meterte de lleno enmedio del mar, el tono épico encaja perfectamente con la preciosa letra de Espronceda y el hecho de cantar en español no modifica para nada el carácter del grupo. Un tema imprescindible para todos los que les guste el power o lo épico en general.
'Ritual Fire Dance' empieza como una especie de polka, para luego electrizarse. Cuando entra la guitarra la canción gana muchísimos enteros. Parece una obra orquestal de paso militar (de hecho suenan de fondo los pasos de un ejército como en la mítica 'War Ensemble' de Slayer de la que espero hablar en otro artículo). Es la instrumental del disco y la verdad es que mantiene el nivel bastante alto.
'Ah! Wretched Me' tiene un principio que me recuerda mucho a los Judas Priest para luego pasar a un riff propio de Megadeth. El doble bombo y los ritmos 'alegres' vuelven para dar el toque propio al tema. Un gran trabajo.
'A Music in my Soul' me resulta la más floja del disco, con un estribillo comercialoide demasiado típico. pero con algunas partes buenas, como el solo de guitarra.


Miembros:
Alfred Romero - Voz
Enrik García - Guitarra
Mario García - Bajo
Roberto Cappa - Batería

Publicado en noviembre de 2010.

Paranoid - Black Sabbath




En este 'Paranoid' Black Sabbath se definió como lo que eran, y han sido, durante todos los años que han pasado desde aquel maravilloso 1970 que tantos discos excelentes nos dejó. Y es que si en tu segundo disco (tras haber grabado un disco que asenta las bases del doom y el heavy metal) eres capaz de empezar con una canción como 'War Pigs' es que eres un completo genio. Y eso les pasaba a estos chavales con poco más de veinte años que solo con una canción ya te mandan un mensaje directo y claro: no vas a escuchar nunca nada parecido. Un disco así hecho en ese año es como ver un avión en el siglo XIV. Por esta razón, a la hora de publicarse el disco obtuvo muy malas críticas por parte de la prensa especializada, no así por el público, que lo convirtió en nº1 de venta en Reino Unido durante semanas. Totalmente impensable y perfecto en ejecución, si a esto le sumas que el disco, tras esta grandísima canción el disco contínua con Paranoid la cosa no hace sino mejorar. Un clásico del heavy metal con un riff pegadizo y directo y un Ozzy muy inspirado a la voz.

Pero claro, el disco no puede bajar el nivel, porque sus músicos no lo permitirían y sigue con 'Planet Caravan', una balada con una percusión que hipnotiza (sin hablar de la voz de Ozzy) y una guitarra totalmente preciosa.

Y después de un descanso tan relajado viene 'Iron Man' para destrozarnos la cabeza con esa guitarra de Iommi que no tiene comparación, como tampoco la tiene, mucho menos, el solo que se marca este excepcional guitarrista al final de esta canción, con segundas voces de guitarra incluidas y una batería acompañante maravillosa.

Con la siguiente canción vemos porque se dice que Black Sabbath son los padres del doom metal (además del heavy) ya que tanto la guitarra, la batería a ritmo mortuorio, la voz de Ozzy e incluso el título de la canción 'Electric Wizard' inspirarán a miles de grupos de esta corriente. Así como la canción que sigue, 'Hand of Doom' que tiene el título para dar nombre a toda una corriente de metal. Esta canción sigue con el nivel del disco en varias partes diferenciadas: empieza como un blues melancólico electrizado (que tiene varias tomas dentro de la misma) y luego un hard-rock oscurizado con un estilo muy personal. Magnífico.

'Rat Salat' es una canción instrumental donde sobre todo, Bill Ward demuestra sus habilidades tras los tambores. Para un batería como yo es una gozada escuchar un tema así, el 'Moby Dick' de Black Sabbath.

Por último 'Faires wear Boots' es casi instrumental y cada instrumentista demuestra su valía en esta canción y os aseguro que no tiene precio. Para escucharla varias veces, eso sí.

Miembros:
Ozzy Osbourne - Voz
Bill Ward - Batería
Tony Iommi - Guitarra
Geezer Butler - Bajo


Black Album - Metallica


Pues bien, aprovechando que es el vigésimo aniversario de este disco, y que, el año que viene en el Download Festival Metallica lo tocarán por primera vez en su totalidad en concierto (incluyendo 'The Struggle Within' y 'Don't Tread on Me' que nunca han tocado en directo) me voy a dar el gustazo de reseñar uno de mis discos favoritos: The Black Album de mis adorados Metallica.

Y es que ellos fueron los padrinos de mi introducción al metal más pesado y concretamente, lo hicieron con este disco. No es el disco más potente, ni más rápido de Metallica, como en sus inicios de brillantes thrashers, pero para mi es el más especial.

Empezar el disco con 'Enter Sandman' es un una declaración de principios. Tras el progresivo y retorcido -y genial- '...And Justice for All' Metallica da un vuelco a su estilo, baja el tempo de sus canciones y las vuelve más accesibles. Todo esto se puede ver en esta canción. La primera vez que la escuché (después de haber leído miles de referencias a esta canción) se me pusieron los pelos de punta, el estribillo me dejo K.O. y desde ese momento fue como un flechazo y desde ese momento Metallica y yo hemos estado ligados en todo.

Luego llega 'Sad but True' para machacarte con ese riff a lo Iommi que nos muestra a unos Metallica clásicos rememorando a los Sabbath de los 70'.
Con 'Holier than Thou' aceleran el tempo y en este disco, esto parece un error. Es la peor canción del disco -sin ser mala, claro- ya que se hace un tanto repetitiva, pero tiene un gran solo de guitarra por parte de Mr. Hammet.

'The Unforgiven' es una de las canciones -hasta el momento de la publicación de este disco- más innovadoras dentro del repertorio más clásico de Metallica. Un tema que está concebido como un medio tiempo que, al contrario de la convención popular, ralentiza el ritmo en el estribillo, con un final totalmente épico y bello.

'Wherever I may Room' es una canción muy curiosa para mí. Al principio no me gustaba ni una pizca así que entenderé quien la critique, pero ahora mismo me parece una canción imprescindible en el disco y en el repertorio del grupo. Un principio con toques orientales que da paso a una canción in crescendo en tono macarra y unos riffs impresionantes a cargo de Hetfield, Hammet y Newsted. Ulrich en la batería como siempre está en su sitio, original como pocos.

'Don't tread on me' empieza con una versión metalizada de 'America' del musical 'West Side Story' y aunque la temática de la letra (patriota, ensalzando la figura de EEUU) no me guste mucho, la canción me encanta, es como un adelanto de lo que vendría a hacer Pantera poco después con más fuerza y brutalidad.

'Through the Never' es la otra canción que sube el ritmo del disco en general con mayor acierto que 'Holier than Thou' ya que no resulta repetitiva. Es una canción que gana muchos enteros tocada en directo. Y tras esta canción, llegamos al cenit del disco: 'Nothing else Matters', la primera balada como tal de la carrera de Metallica (sin dar paso a una trallazo impresionante después de una parte más melódica, vamos) donde Hetfield pone toda la carne en el asador y se da a conocer -sentimentalmente hablando- a través de ella. Esta escrita y compuesta por él, y hasta realiza el solo de la parte final, tarea encomendada normalmente a Hammet. El hecho es que esta canción es la canción que me hizo enamorarme de Metallica completamente y la primera que me aprendí entera para mi instrumento: la batería. Y es que este tema tiene muchos más matices de los que parece a una primera escucha. Todo, desde el bajo hasta la voz es realmente hermoso. Una obra maestra de la música.

'Of Wolf and Man' es otra de las canciones con estilo a Black Sabbath, pero mucho más potente, con un Hetfield en plenitud de sus cuerdas vocales y demostrando porque es uno de los cantantes más influyentes del metal, quedando una canción totalmente brutal.

'The God that Failed' tiene un estilo muy groove y por eso quizá no encaje tanto en el disco, pero sigue siendo una gran canción.
Las dos últimas canciones del disco quizá no son las más reconocidas o aclamadas, (aunque el solo de bajo de 'My Friend of Missery' es obligado en casi todos los conciertos) pero me parecen dos canciones impresionantes, tanto 'My Friend of Missery' que, tras el solo inicial se convierte en un medio tiempo melancólico casi perfecto y 'The Struggle Within' que tiene un comienzo épico increíble, y luego se convierte en una canción de lo más heaviera para estar en la órbita de Metallica.

Dista de ser el disco perfecto, pero la perfección no es condición indispensable para los gustos. Para mi, un imprescindible.

Miembros:
James Hetfield - Voz y guitarra rítmica
Lars Ulrich - Batería
Kirk Hammet - Guitarra solista
Jason Newsted - Bajo


Crack the Skye - Mastodon


Empezando porque Mastodon tiene las mejores portadas que he visto, todo lo demás viene rodado, porque, aunque lo importante es la música, estas portadas solo hacen que incremente el valor del disco. Y es que Mastodon valen el peso del animal prehistórico que da título a su banda. Son el ejemplo perfecto de una banda evolutiva, que va a más con cada disco y se supera con el paso del tiempo. Este es su cénit evolutivo hasta ahora: 'Crack the Skye'.

Es un disco de lo más trabajado, completo y por encima de todo progresivo. Y es que si hablamos de las canciones, el primer corte 'Oblivion' no puede empezar mejor. Abre con una declaración que vale para todo el disco: esto es Mastodon, pero no esperes nada parecido a lo anterior. Con el anterior disco 'Blood Mountain' ya iban por este camino, pero aquí es como si alguien les hubiera soltado una invisible correa que les impedía meterse de lleno en el terreno progresivo antes comentado. Y como no podía empezar mejor, tampoco podía acabar. Una canción llena de matices y unos estribillos brillantes, con toda la banda en plenitud de sus facultades.

'Divinations' es la más directa del disco, y también la de menos duración. Pero suena con mucho poderío, con fuerza, con esa garra que los chicos de Mastodon saben hacer. Y da paso a 'Quintessence' que tiene tantos sonidos en un mismo apartado y tantos cambios de ritmo en muy poco espacio de tiempo que más que una canción que me guste, es que admiro a la gente capaz de hacer algo así.  Un estribillo con mucha pegada y unas estrofas por momentos doom, da igual lo que hagan porque queda bien.

Me saltaré en este punto 'The Czar' para examinarla junto a la última canción del disco, por lo que toca el repaso a 'Ghost of Karelia'. Tiene unos tintes orientales muy pronunciados que solo unos genios como esta gente pueden meter en una canción de metal y salir airosos. 

Llegamos así al tema-título del álbum, 'Crack the Skye' que es, a la vez, el más brutal y el más melódico. Por un lado están las voces guturales y por el otro el estribillo melódico que podría estar sacado de la mente de un Ennio Morricone metalizado. Con este tema entiendo por qué eligieron el título para el disco, es una verdadera gozada.

Y por último nos quedan dos canciones unidas por un patrón melódico -magnífico- que hace que al escucharlas seguidas sean partes de una misma canción de 24 min. Estas canciones son 'The Czar' y 'The Last Baron'. Esta última cierra magistralmente el álbum y he de confesar que cualquiera de las dos me desaniman como músico e incluso como persona, pensando que en la vida podré realizar algo parecido a las maravillas que esta banda es capaz de crear. Si tuviera que elegir me quedaría con 'The Last Baron' por su mayor complejidad, pero las dos son obras maestras del metal en general y de toda la música. Si teneis 15 minutos de vuestra vida libres y no sabéis que hacer, poneros esta última canción, relajaros, tomaos algo y disfrutadla como solo se puede disfrutar de la música bien hecha.

Si podéis, miraos la historia del disco, porque es totalmente alucinante.

Miembros: 

Troy Sanders - Voz y bajo
Bill Kelliher - Guitarra
Brann Dailor - Batería 
Brent Hinds - Guitarra y voz
Rich Morris - Teclados


Surtur Rising - Amon Amarth


Este disco del año que acabamos me parece realmente impresionante. Empezando por la portada, con un trabajo artístico digno de admirar, lo de dentro lo supera con creces. Y es que estos vikingos saben hacer música de verdad, como comentaré a continuación:

El disco empieza con 'War of the Gods' que tiene todos los elementos de una canción de Viking perfecta, principio con un riff demoledor apabullante, la voz de Johan Hegg imitando a los antiguos dioses escandinavos, un solo irrepetible y, por encima de todo, la preciosa melodía épica que introduce la guitarra en el min 0:53 y luego se repite en varias estrofas. Estoy totalmente enamorado de esta canción, es lo que siempre he pensado que debía ser el Viking Metal. Solo con esta canción el disco ya tiene el aprobado, pero sigamos, porque esta gente no baja el listón.
En 'Tocks Taunt' encontramos una muralla sónica que solo te da un respiro en el estribillo, con una melodía digna de los cantos de rezo al Valhalla. Y, para mi, tiene el mejor solo de guitarra que he escuchado en mucho tiempo, en parte debido al tremendo acompañamiento que te deja totalmente KO.
'Destroyer of the Universe', single escogido por el el grupo, da lo que promete en su título, porque cuando empieza el tema parece que haya llegado el apocalipsis vikingo. El estribillo marca de la casa, con esas melodías mezcladas con la voz de ultratumba de Hegg hacen que la canción parezca sacada de una gran superproducción. La canción te lleva a su terreno hasta dejarte sin fuerzas, no hay descanso en ningún momento.
'Slaves of Fear' es una canción más oscura, con riffs cercanos al black en algunos pasajes, pero sin dejar ese toque épico como demuestran el el min 1:45, algo que solo estos genios saben hacer. Un solo que podría estar sacado del cerebro de Quorthon descansa en este tema con un final que demuestra porque esta gente son profesionales de esto.

Llegamos así al ecuador del disco con 'Live without Regrets' y con este tema te puede explotar la cabeza pero si lo hiciera sería a cámara lenta y con la sangre salpicando poco a poco la habitación. Sónido épico por los cuatro costados y letra más aún. Impresionante.
El disco continua con 'The Last Stand of Frej' que parece sacado de uno de los Nordland (s) de Bathory, y solo por lo difícil que resulta siquiera acercarse al nivel de esos maestros, esta canción merece el reconocimiento de VIKING METAL con mayúsculas. El hecho de incluir violines en las partes más rápidas es todo un acierto que solo incrementa el nivel de la canción, haciendo que sea una demostración de que no les hace falta una maraña sónica para ser brutales.

'For Victory or Death' tiene el título apropiado para sonar épica sin escucharla, y, aunque me parece la más floja del disco sin duda consigue transportarte a ese ambiente bélico tan requerido.
'Wrath of the Norsemen' es la canción más death del disco: pesada, cruda, sin concesiones, con momentos doom, la más brutal.

'A Beast am I' es la más rápida del disco, empieza como una patada en la cara y te deja unos momentos para descansar en la parte central del tema, con un solo de esos que pasan a la historia y un fondo de lo más siniestro.

Para cerrar el disco (como tal, luego incluye varias versiones dependiendo de la edición del disco y por esto mismo, no pasaré a examinarlas) nos llega 'Doom over Dead Man', una muestra de como estos tios saben hacer más cosas aparte de dar caña. Un medio tiempo a su estilo que queda grandioso cuando poco a poco, va subiendo de tiempo e intensidad para acabar con un trallazo sónico más épico que el final de Braveheart. Impresionante.

Para mi este disco ha sido un soplo de aire fresco en la escena del viking/death que me ha mostrado unos Amon Amarth muy profesionales y muy concentrados.

Miembros:
Johan Hegg - Voz
Ted Lundström - Bajo
Olavi Mikkonen - Guitarra
Johan Söderberg - Guitarra
Fredik Andersson - Batería

Publicado en marzo de 2011.

IV - Led Zeppelin


Para mi es un honor inmenso empezar un blog con este disco. No un honor, un sincero privilegio.
Y es que Led Zeppelin son -para mí, evidentemente- únicos, irrepetibles, enormes, genios de la música contemporánea en general y del rock en particular.

A este disco le tengo un cariño especial ya que fue el primer disco que escuché de ellos y además uno de los primeros discos de rock que me compré. Hará unos 7 años de eso y desde aquello no he vuelto a escuchar nada igual. Pero no nos adelantemos, vayamos por partes.
 El disco fue lanzado tal como veis, sin título, sin nombre del grupo, sólo este hombre recogiendo leña. Esto fue debido al enfado que tenían los miembros del grupo por las críticas a su anterior disco (del que hablaremos en este blog) por parte de los críticos. Sólo un minúsculo y escondido "producido por Jimmy Page" sugería que eran ellos.
La portada, de la que antes hablabamos es espectacular, un contraste entre la vida en la ciudad y en el campo, dos estilos de vida opuestos y no por ello enfrentados dan vida al libreto del disco. Pero vamos a lo que de verdad importa de este álbum que son sus canciones. El disco empieza fuerte, y es que a los Zep siempre les gusta que sus discos tengo un buen comienzo. "Black dog" es esta canción, con un Robert Plant a la voz que simplemente te deja "KO". Tras esto un apabullante apartado sónico nos demuestra lo que mejor saben hacer esta gente, ROCK, con mayúsculas.  El riff a cargo de John Paul Jones al bajo con Page a la guitarra es simplemente perfecto. Y si hablamos de Bonham, yo no tengo palabras. Si antes de escuchar este disco había pensado alguna vez en tocar la batería, escuchar a este hombre tuvo un efecto controvertido: la batería se convirtió en mi instrumento preferido pero a la vez me hizo saber que habría un hombre que no podría superar nunca, como mucho, igualar. Y es que Bonham en cada disco se reinventa y descubre nuevos estilos en un momento de la música necesitado de baterías auténticamente de rock. Y Bonham lo es, y en esta canción (y en todo el disco) vemos la grandeza de esta batería único.

"Rock and Roll" es completamente una canción que da lo que esperas de ella. Puro rock and roll de lo más frenético y acelerado. El ritmo de batería de Bonham es impresionante, la guitarra de Page tiene vida propia, el bajo de Jones apabullante y en el apartado vocal Plant está increíble, haciendo que la canción tenga el tono rápido y agudo necesario.

Llegamos así a "The Battle of Evermore", un precioso medio tiempo. Si alguna vez tuviera que elegir una canción que hablase y reflejase el universo de Tolkien, sería esta. La mandolina que toca Page te transporta hasta la Tierra Media y con las melodías inventadas por Plant y Sandy Denny (cantante de Fairport Convention) parece que los mismos elfos estén cantandote al oído su serenata milenaria.

Y así, sin darnos cuenta, llegamos al ecuador del disco y la pieza más importante del mismo, y de toda la música popular, ya que este tema es "Stairway to Heaven", la -para mi- mejor balada de todos los tiempos. No tengo palabras suficientes para describirla, esto hay que escucharlo, y sentirlo. Emocionarse con ese cálido principio, ir creciendo conforme crece la intensidad de la canción, disfrutarla, y sobre todo, y disfrutar de lo que muchos han intentado copiar pero nadie ha conseguido ni siquiera igualar, el apoteósico final con solo de guitarra increible de Page incluido. Una escucha obligada para todo aquel que diga amar la música, completamente imprescindible.

Después de la cantidad de emociones que desprende la anterior canción  cualquier cosa se hubiera quedado pequeña, es por eso que los Zep decidieron poner aquí "Misty Mountain Hop", otra canción tolkienesca pero mucho más distendida, con un ritmo cachondo y divertido, una canción entretenida.

"Four Sticks" es sin duda una canción experimental. La canción coge el título de la acción de Bonham al tocar la batería para esta grabación con cuatro baquetas, cosa que entre la oscura afinación y el ritmo de bajo le da un toque siniestro premonitor de algunos de los géneros que en una o dos décadas estaban por llegar.

Los Zep estaban melancólicos en este disco, ya que "Going to California" es una balada más que nos cuenta experiencias de Plant en una banda con tanto éxito y sus problemas para encotrarse a sí mismo.

Y por último llegamos así a "When the Levee Breaks", uno de los blues más extraños y siniestros que he tenido el placer de escuchar. El sonido de Bonham, oscuro y opaco se debe a la decisión del grupo a experimentar y poner la batería debajo de una escalera, haciendo que adquiera este sonido tan particular. la canción es simplemente espectacular, destacando por encima de los demás Plant y Bonham, con unos agudos espeluznantes, seguido de registros graves increibles y unos ritmos fréneticos que acompañan a la voz toda la canción. Jones y Page aquí juegan a experimentar y con toda la rareza de la canción se ha convertido en un clásico de la banda y uno de mis preferidos, toda una muestra de la calidad de estos músicos.

Las curiosidades de este disco son infinitas (los cuatro símbolos, "Stairway to Heaven" al revés, sesiones de ocultismo, satanismo, etc) por lo cual solo me he centrado en la música de este gran disco.
Integrantes:
 -Jimmy Page: Guitarra, mandolina y coros.
 -Robert Plant: Voz y percusiones.
 -John Bonham: Batería, percusiones y coros.
 -John Paul Jones: Bajo, teclado, órgano, mandolina y coros.

Publicado en noviembre de 1971.