Addendum I - Historia del heavy metal (¡con gráficas!)
Y heme aquí, en los albores de mi treintena, recorriendo los mismos pasos que ya surqué hará más de quince años. Aunque eso sí, con mejores botas y otra mirada. Porque si bien es cierto que este siempre será el género de mi vida, no es menos cierto que hay que saber separar el grano de la paja. Algo que te permite hacer la edad y la experiencia. Ni mucho menos todo lo que podemos considerar metal es algo digno de escuchar, ni un neófito tiene porqué saber diferenciar entre el thrash de unos Dark Angel y el death metal de unos Possesed (la línea es tan fina como una vena). Y es que el heavy metal se ha convertido con el paso de los años en uno de los géneros (o quizá en EL género) más variado del planeta. La cantidad de subgéneros dentro de subgéneros dentro de otros subgéneros cada vez más retorcidos y minimalistas es muchas veces abrumadora. Debido a esto, gran parte del público no llega a entender la magnitud a la que ha llegado el estilo, ni mucho menos a entender cómo suenan cada una de sus variantes.
Por eso, este Addendum se va a dedicar a dos cosas (y estará dividido en dos partes para su facilitar su comprensión): por un lado intentar describir la historia del heavy metal y cómo se ha ido disgregando en diferentes encarnaciones; por otro, generar una lista con discos de obligada escucha en cada uno de los subgéneros. Esto último será totalmente subjetivo en algunos puntos, aunque intentaré basarme principalmente en la arqueología de cada uno de ellos para ofrecer la droga en su versión más pura.
¿Qué puede ser mejor para entender la evolución de un género que ha llenado la vida de millones de personas en todo el mundo? Lo habéis adivinado: gráficas (porque estabáis pensando en eso, ¿verdad?). Y aquí, como al inicio de este elogio, me perdonaréis si me pongo algo técnico. Porque para qué nos vamos a engañar, me siento orgulloso de lo que he creado y quiero explicároslo con el mayor detalle posible. Vamos por partes, como decía Jack 'The Ripper' (sigo con los juegos).
[Parte técnica, ve hasta la primera gráfica si no te interesa demasiado el proceso de extracción de datos]
No sé si conoceréis la página The Metal Archives pero básicamente se trata de la mejor y más completa base de datos de todo el metal del mundo. Grupos que no encontrarías ni en Wikipedia, ni en Amazon, ni siquiera en Spotify, están aquí. Con todos sus discos, en diferentes formatos y tipos. Es, como indica su título, la Enciclopedia del Metal. Y aunque sin duda se les puede tachar de cierto esnobismo a la hora de clasificar los géneros (siguen sin añadir a Korn o a Slipknot por no considerarlo "metal", por ejemplo), nadie podrá negar jamás su exactitud a la hora de recabar información.
Pues bien, sabiendo esto mi premisa se basó en lo siguiente: extraer toda la información posible de la web a través de un scraper que me permitiera más tarde crear una base de datos con la que podría jugar y crear las gráficas que necesitaba tanto para generar un relato consistente sobre la historia de los géneros como para realizar el análisis pertinente. Las vicisitudes por las que he tenido que pasar hasta dar con la base de datos perfecta (perfecta para mí y mis propósitos, por supuesto) han sido variadas, pero enumeraré lo más principal en pos de favorecer el entendimiento del posterior análisis:
-Como explico en mi readme sobre el proceso de creación de esta base de datos, creé una versión algo diferente sobre el código de scraper que ya había desarrollado Garbersc porque necesitaba la información sobre los países de los álbumes. Dentro del mismo repositorio está el código con los cambios ya realizados por si a alguien le interesa.
-Tuve que denormalizar la base de datos por género. ¿Qué quiere decir esto exactamente? Pues que, como todos sabemos, un grupo puede pertenecer a diferentes estilos tanto por trayectoria (puede haber sido primero hard rock y luego heavy metal, por ejemplo) como por el propio estilo que practique (puede ser un grupo de black/death metal por ejemplo). Por tanto, para poder tener la información estructurada de la forma correcta necesitaba que las entradas de grupo y álbum se repitieran tantas veces como géneros encontrásemos. Y aunque esto no afecta a la forma de observar los datos, me ha permitido tener una precisión que de otra forma hubiera sido imposible, ya que podía tener, por ejemplo, a Black Sabbath a la vez dentro de Doom y de Heavy Metal. Sin esta acción los datos hubieran estado sesgados ya que sólo podía convocar a los maestros en uno de estos géneros a los que pertenecían.
Teniendo esto claro, creo que es hora de pasar a los datos. Cualquiera puede visitar este cuadro de mando que he creado con el fin de hacer esta explicación más didáctica, pero aquí daré las claves de lo que yo considero los momentos clave de la historia del heavy metal. Observemos la primera gráfica, que a mi entender ya nos da toda la información que vamos a necesitar en esta primera parte:
[Fin de la parte técnica]
Mirad bien esta gráfica. Miradla bien porque aquí, dentro de cada una de esas líneas, se escenifican tragedias que harían que Shakespeare y Cervantes acudieran juntos a un concierto a menear sus cabellos al más puro estilo headbanging. Porque aunque cupiera pensar en el inicio de los tiempos como un verde prado donde los músicos simplemente podían recoger la inspiración de los árboles, nada más lejos de la realidad. La más árida y yerma pradera se abría paso y sólo los exploradores más intrépidos -o incautos- se atrevían a adentrarse en ella. Costó recoger una cosecha en condiciones. No hay más que observar la línea verde para ver que hacía falta mucho más que imaginación para conseguir allanar el camino al resto: hacía falta talento, insensatez y dosis de trabajo inmensas. Solo unos pocos fueron los elegidos, siendo cabeza de pelotón por siempre jamás los dioses del inframundo: Black Sabbath. Pero por favor, ampliemos un poco la situación del heavy metal en los setenta para que se entienda del todo:
Por supuesto que no estaban solos, pero tampoco les acompañaba un escuadrón. Y muchos de ellos (Scorpions, Deep Purple, Thin Lizzy) aunque importantísimos tanto para el movimiento como para el público en general, no fueron muy duchos en continuar con la cosecha. Siempre gustaron más por otro tipo de trabajo, ese que al final les llevaba a terrenos algo más conocidos y donde los frutos salían más verdes y jugosos. Así que allí teníamos resistiendo contra los ademanes que pudiera traer el destino a estos puntales que no paraban de sembrar y sembrar. Lo que nadie entendía muy bien en ese momento era qué estaban plantando. ¿Rosas? ¿Patatas? ¿Alcornoques? Pues no. Estaban plantando robles. Árboles robustos, longevos y duros. Árboles que tardan en crecer, pero que una vez adultos ni un huracán puede con ellos. Y en esa curva vemos como poco a poco van creciendo hasta eclosionar en un gran bosque a partir de finales de los setenta.
¿Qué pasó a finales de los setenta para que de repente las judías mágicas que habían estado plantando los colonos dieran sus frutos? Pues un fenómeno que se vino a llamar la New Wave of British Heavy Metal (NWOBHM).
¡Ay! La ilusión. La oleada -valga la redundancia- de grupos que surgieron bajo la estela de la NWOBHM a finales de los setenta y principios de los ochenta es casi incalculable. Grupos convencidos de que estaban tocando la mejor y más potente música del mundo. Grupos que querían abarcar el mundo entero con uno de sus riffs, unos riffs que surgían del fuego que habían dejado en la hoguera sus predecesores setenteros. Grupos, en definitiva, que se crearon a través de la ilusión de quien comienza un nuevo camino sin más expectativas que hacer lo que les apasionaba. Pero como todos sabemos, de la ilusión es muy difícil vivir, sobre todo cuando a la tierra que tú creías dominada le surgen nuevos conquistadores dispuestos a arrasar con todo ser viviente hasta plantar su bandera en la capital del reino.
Y es que entre el 82 y el 83 una nueva criatura, más malvada y demente que la anterior, veía la luz por primera vez. Era el momento del thrash metal. Mucho ojo aquí, porque más allá del nacimiento de un subgénero musical estábamos asistiendo a un triunfo geopolítico de magnitud 200 en la escala Ricther. ¿Cabía pensar que Estados Unidos podía ganar en algo a Reino Unido en el terreno musical? El thrash fue la respuesta. ¡Por fin algo que los americanos habían inventado antes que los británicos! ¡Por fin algo en lo que podían superarles! Con Metallica a la cabeza, soberbiamente flanqueados por una realeza tan nefaria como Slayer, Megadeth o Anthrax, y aristócratas que harían las delicias del Marqués de Sade como Dark Angel, Nuclear Assault, Exhorder, Rigor Mortis, Overkill o Death Angel, el escuadrón de la muerte americano estaba abriendo las puertas a una nueva forma de entender el metal. La evolución había llegado y había pillado por sorpresa a una Europa a la que le costó años reaccionar a la agresividad americana.
No hay más que ver esta gráfica para comprender que a partir de los ochenta el reinado británico tocaría a su fin. Estoy seguro de que las grandes multinacionales musicales también pensaron lo mismo y vieron en lo americano un filón publicitario del que no conozco parangón dentro de la historia de este género. Decidme sino cómo se puede explicar que esto sonara en un canal como MTV a plena luz del día:
Y por supuesto, decidme qué haríais si esta apisonadora sónica comandada por esta especie de Atila endemoniado viniese directa a por vosotros. Porque por lo que a mí respecta, o me uno o me aparto:
Estrategias comerciales y actitudes insanas aparte estaba claro que, como hemos visto en repetidas ocasiones en muchos ámbitos históricos, la sociedad americana había conseguido destilar algo ya constituido para acabar extrayendo un producto que se pudiera vender de forma masiva. De esta manera -y ejecutando una especie de justicia divina- restablecían los días de Chuck Berry y proclamaban su reinado dentro de la producción en cadena del género más duro del planeta. O eso era al menos lo que parecía. Y es que damas y caballeros, la elección de la imagen de cabecera de este post no es baladí. Porque aunque nunca se le podrá quitar el mérito a los americanos de crear algo que se convirtió en una revolución global en la música, al otro lado del charco grupos como Hellhammer, Venom, Bathory o Napalm Death estaban adelantando por la derecha a sus coetáneos gringos en cuanto a agresividad y brutalidad se refiere. Sin menospreciar la influencia de Venom, debo decir que para mí el metal extremo realmente empieza sus andanzas a partir de ese Apocalyptical Raids, solo un año después de que el thrash rompiera el molde. Y aunque también Bathory podrían llevar este estandarte con total orgullo, veo en Hellhammer/Celtic Frost los que abrieron la puerta no sólo al black, sino a todo aquello que podemos entender cómo los géneros más brutales de la música. Sólo con escuchar -y ver- algo como esto, queda patente la enorme influencia que esta banda generó entre generaciones y generaciones de músicos:
Tras esto, como era lógico, lo extremo empezó a expandirse. Claro, si el ejército anterior había podido conquistar con facilidad las tierras metálicas siendo "solo unos salvajes hunos", ¿qué no iban a hacer estos berserkers? Mirad esta comparativa entre el malogrado thrash con respecto a su gemelo malvado, el death metal, y comprenderéis perfectamente el momento en el que uno toma el trono del otro:
Así que aquí estamos, con el grupo de asalto más duro y extremo del planeta (o quizá debería decir con el más oscuro y asesino), dispuesto a comerse el globo a base de riffs completamente malsanos, blast beats y voces guturales. Si volvemos a la gráfica principal, enseguida comprobamos como las líneas roja (death) y negra (black) de cada uno de estos estilos comienzan su ascensión hasta convertirse en los auténticos y absolutos reyes de la escena del metal. Y aunque hubo un momento en el que estos dos géneros estaban completamente diferenciados y casi en las antípodas en sus conceptos más fundamentales de entender la música (momento del 88 al 96), poco a poco, como muestran las gráficas, fueron convergiendo hasta convertirse en prácticamente el mismo género. Algo que los auténticos true de cada uno de los estilos odiarán hasta el fin de sus días. Y esto es curioso. Al comienzo de empezar el análisis me preguntaba el por qué del auge de estos dos géneros tan extremos en los últimos años. ¡Y hasta tenía varias hipótesis! Por ejemplo: habían conseguido, como si de una empresa se tratara, diversificar sus activos en cada vez más y más subgéneros que cubrían las necesidades de un público creciente. Otra era que habían conseguido realizar corrientes de género por país, haciendo que cada uno de ellos sonara distinto y, una vez más, satisfaciendo a un público mayor progresivamente. Y aunque ninguna era falsa, sólo eran verdades a medias. Tras devanarme los sesos lo vi claro, lo que había ocurrido era todo eso y más: habían unido sus fuerzas para crear un Gólem conjunto que podía abarcar tanto a blackers como a deathers, y a la vez conquistar a otro tipo de público que podía buscar nuevas sensaciones. Por supuesto que hay diferencias, por supuesto que hay grupos de uno y otro estilo bien definidos, pero durante los últimos años, la tendencia general ha sido la de converger hacia un mismo y brutal centro. Y aquí amigos, dejaré simplemente que hablen los datos porque creo que yo ha he hablado demasiado:
Una vez llegados a este punto creo que es necesario ya explicar el porqué de la era moderna. Pues bien, cualquiera que haya escuchado más de una vez todos los estilos que he nombrado puede ver casi a vista (u oído) de pájaro que el groove metal que surge en los noventa no es la evolución natural de ninguno de estos caminos que tomó el heavy, ya que se nutre de otros estilos fundamentalmente distintos para crear su sonido. Y a su vez, también puede ver muy claramente que el groove de -por ejemplo- Pantera, sentó las bases que otros grupos tomaron prestadas para crear otras vertientes y que, dependiendo de quién hable, lo denominará nu-metal o chándal-metal.
A los pocos años de este suceso se producirá el acontecimiento que he dado a llamar "The Splitting", a través del cual se produciría un resquebrajamiento en el metal que crearía cientos de nichos que harían cada vez más difícil diferenciar qué música podía ser catalogada como metal y cuál no para el profano -incluso para el experto-. En cualquier caso, esto es algo que ya no nos atañe de la misma manera porque su importancia para el desarrollo del movimiento, aunque notable, no es comparable a los grandes momentos planteados anteriormente (quizá sea objeto de un nuevo Addendum, quién sabe).
Lo que sí podemos diferenciar sin ningún lugar a dudas es que la variedad y la diversidad que ha creado un género tan "joven" como el metal en unos cuantos años resulta totalmente indescriptible para alguien que no se adentra hasta el fondo en sus laberínticas telarañas. Pero os aseguro que sea cual sea el camino que toméis al empezar acabaréis completamente atrapados en sus maléficas redes.