He de admitirlo: probablemente no hubiera conocido a Travis Birds de no haber sido por el disco tributo a Joaquín Sabina. Tampoco soy mucho de discos tributo, pero sin darme cuenta un día apareció en mi reproductor esta cantautora y revolucionó uno de los iconos de la música española: 19 días y 500 noches.
¿Qué es lo que hace Travis Birds? Se transforma en la versión femenina de Sabina. No sólo porque capture la esencia del mensaje, ni tampoco porque logre canalizar la visión de la mujer a través de la poesía de Benjamín Prado; la verdadera transmutación viene del hecho de que no creo que exista mejor homenaje a Sabina que rebelarse contra él mismo y ofrecer una versión a la altura de la original. Y eso, para un fiel defensor de 19 días y 500 noches, son palabras mayores.
Así que después de tal hazaña no podía sino lanzarme a bucear en todos los trabajos que esta cantautora tan original hubiera sacado hasta la fecha, lo que me llevó hasta este disco. Y antes de pasar a comentarlo debo explicar que cuando escucho música, y más cuando se trata de música en castellano, me pasa una cosa curiosa: estoy tenso. Estoy tenso hasta que veo que las rimas cuadran con el sentido y que no se ha dispuesto una letra vacía al compás de una música preparada. Para mí, una canción que no tiene esos elementos me pone igual de nervioso que ver a una malabarista que pierde el equilibrio en su gran número. Por eso, cuando pasé la segunda estrofa de la primera canción del disco, Eduardo, entendí que podía relajarme y disfrutar de la obra. Me encontré una letra muy cuidada, una manera de transmitir lo que está contando muy personal, un ligero toque autobiográfico y un toque de ironía admirable.
A partir de aquí pude ver como Travis plasma todo su universo en diez canciones, y lo hace de una manera sorprendentemente ecléctica. Puede pasar del manouche jazz de Creature of the Night al pop/rock de Azul Noche o al country/blues de canciones como Maggie 1983 o Thelma y Louise. Y además lo hace con ese toque personal que aporta un halo de cierta misticidad y ternura que la acercan a su público.
Y como suelo hacer, dejé el disco en barbecho durante un tiempo para más tarde volver y comprobar si mis primeras impresiones eran acertadas o simplemente habían venido inducidas por una racha de sequía musical que me llevó a apreciar algo de más esta obra. Sin embargo, al entrar de nuevo en esta historia y comprobar que me gustaban más del 60% de las canciones del disco tuve claro que se trataba de una gran obra. Pero hubo un motivo más que me llevó a considerar el álbum como uno de los mejores que había podido escuchar en la última década. Algo que estaba más allá de la música, algo que había que buscar cómo si del arca perdida se tratara.
Durante mi investigación entendí que en estas diez canciones Travis estaba dejando pistas para que cualquiera con interés en hacerlo pudiera juntar las piezas del puzzle y ver la fotografía completa de lo que era en realidad. Porque, a mi entender, las diez canciones de este disco no son historias dejadas caer el azar, sino que están contando una historia de principio a fin. Para mí, este es un disco conceptual que fácilmente se podría haber titulado Caída y Auge de Travis Birds. Mi vida en 10 canciones. Y desentrañar este puzzle va a ser la tarea principal de este post.
Comencemos por el principio: El orden. La historia que cuenta el disco se puede entrever entre sus canciones, pero el orden dispuesto no sigue la cronología de esta. Para entenderlo mejor, creo que se debería escuchar el disco de la siguiente manera:
1. Elvis
2. Alas
3. Azul Noche
4. Eduardo
5. Humo
6. Luces Extrañas
7. Maggie 1983
8. Thelma y Louise
9. La chica del tren
10. Creature of the Night.
No pretendo que parezca que Travis Birds ahora es Tool y está ocultándonos información sobre el álbum ni que hay toda una conspiración detrás para que no sepamos la verdad. Pero el disco conceptual que yo veo en mi cabeza se organiza de esta manera debido a los acontecimientos que se cuentan en cada una de estas canciones. ¿Por qué? Vamos a ello:
En la primera parte de la historia, que se cuenta tanto en Elvis como en Alas, Travis nos esta mostrando su adolescencia, o al menos una parte de ella. Vemos como en estos dos pasajes la protagonista está sufriendo del típico amor adolescente por un ídolo juvenil (Elvis en este caso) para más tarde traspasar esa ilusión, ese amor incondicional a otro ser, esta vez más cercano y "real", aunque también de forma platónica. Queda completamente patente que se plantea este amor de la misma manera que lo hacía con Elvis, es decir: contemplándolo en la distancia. Podemos verlo más claro en frases como:
1. Elvis
2. Alas
3. Azul Noche
4. Eduardo
5. Humo
6. Luces Extrañas
7. Maggie 1983
8. Thelma y Louise
9. La chica del tren
10. Creature of the Night.
No pretendo que parezca que Travis Birds ahora es Tool y está ocultándonos información sobre el álbum ni que hay toda una conspiración detrás para que no sepamos la verdad. Pero el disco conceptual que yo veo en mi cabeza se organiza de esta manera debido a los acontecimientos que se cuentan en cada una de estas canciones. ¿Por qué? Vamos a ello:
En la primera parte de la historia, que se cuenta tanto en Elvis como en Alas, Travis nos esta mostrando su adolescencia, o al menos una parte de ella. Vemos como en estos dos pasajes la protagonista está sufriendo del típico amor adolescente por un ídolo juvenil (Elvis en este caso) para más tarde traspasar esa ilusión, ese amor incondicional a otro ser, esta vez más cercano y "real", aunque también de forma platónica. Queda completamente patente que se plantea este amor de la misma manera que lo hacía con Elvis, es decir: contemplándolo en la distancia. Podemos verlo más claro en frases como:
Tienes unos labios tan bonitos
Que pueden causar dolor
Que podrían darle alas a un insecto como yo
Donde la protagonista se infravalora como algo tan alejado de su amor que ni siquiera se considera de su propia especie.
Pasamos ahora a una de mis canciones preferidas del disco, Azul Noche. Aquí ya vemos a una persona que ha crecido tanto sentimental como personalmente y habla de tú a tú con ese amor del que hablábamos antes. Aunque todavía quedan resquicios del poder que la otra persona tiene sobre ella, se percibe un cambio vital en el que ella ya no está tan a merced de los deseos del otro:
Después de esto, Travis se zambulle de lleno en un valle oscuro y algo depresivo que podemos ver en dos canciones: Humo y Luces Extrañas. Acaba de perder al amor de su vida y la luz no llega hasta su habitación:
Y es también aquí, como adelantábamos en el párrafo anterior, donde Travis inicia un ritual que luego se repetirá en alguna de las siguientes canciones que nos esperan: cambiar de la tercera a la primera persona. Una técnica que me recuerda al primer Dylan en canciones como Desolation Row, en la que nos cuenta toda una historia ajena para al final desvelar que todo el rato estaba hablando de él mismo.
Sobre el minuto 1:32 hace referencia en 3a persona a Maggie:
Y es a través de esa experiencia como consigue las fuerzas suficientes para dejarlo todo y "empezar a ser valiente" en La chica del tren, donde volvemos a ese desdoblamiento de la personalidad de la protagonista en el que al final se descubre que habla de su propia historia. Una historia en la que nos cuenta que lo mejor que pudo hacer para superar su situación fue alejarse:
Pasamos ahora a una de mis canciones preferidas del disco, Azul Noche. Aquí ya vemos a una persona que ha crecido tanto sentimental como personalmente y habla de tú a tú con ese amor del que hablábamos antes. Aunque todavía quedan resquicios del poder que la otra persona tiene sobre ella, se percibe un cambio vital en el que ella ya no está tan a merced de los deseos del otro:
Y llego a la conclusión, espero hasta mañana, aguanto la sensación de lluvia en tierra mojadaPodemos entender esta parte de la narración como el inicio de una historia de amor a través de esa ilusión que te hace perder la noción del pasado, del presente y del futuro:
Haces que cuando hablo se evapore toda compostura y ya no sé ni si estoy de pie, ni si voy desnudaY llegamos a Eduardo, el principio del fin de la primera parte de la historia. La canción nos cuenta como en la misma boda de la protagonista el novio descubre que su verdadero amor es un hombre (ojo al cenit porque está tan bien trabajado que no puedes sino sonreír). Pero lo importante de esta canción no está en la historia en sí, sino en el pequeño detalle que nos regala Travis para indicarnos que Celia, la protagonista de toda la historia, es en realidad su alter ego. Y es que justo después del instante en el que dice "Ella no te gusta nada" Travis suelta un "Ay" suspirado que solo puede significar una cosa: ese dolor lo sintió ella misma. Pero todo esta teoría propia se confirmará en Maggie 1983 como veremos más adelante.
Después de esto, Travis se zambulle de lleno en un valle oscuro y algo depresivo que podemos ver en dos canciones: Humo y Luces Extrañas. Acaba de perder al amor de su vida y la luz no llega hasta su habitación:
Solo dame un segundo
que no puedo respirarte
te has convertido en humo
y estás desnudando al aire
El tiempo lloviendo lentoY en este hilo de depresión llegamos a Maggie 1983, donde parece que la protagonista está en el último momento de su vida. Pero creo que debemos entender esta última fase como una especie de desdoblamiento de la protagonista por el cual deja atrás toda esa parte negativa y oscura que "muere" en este momento para poder ver la vida a través de "luces de colores".
y tu voz cayendo dentro
cayendo dentro de tu voz
Y es también aquí, como adelantábamos en el párrafo anterior, donde Travis inicia un ritual que luego se repetirá en alguna de las siguientes canciones que nos esperan: cambiar de la tercera a la primera persona. Una técnica que me recuerda al primer Dylan en canciones como Desolation Row, en la que nos cuenta toda una historia ajena para al final desvelar que todo el rato estaba hablando de él mismo.
Sobre el minuto 1:32 hace referencia en 3a persona a Maggie:
Pero para un momento a preguntarsePero en el minuto 3:45 aparece esa 1a persona que desnuda a la cantante:
si ha llegado a alguna parte
estando fuera de control.
Entonces me paro a preguntarmeAhora sí, con la fuerza que ha conseguido al haberse desprendido de todo ese equipaje más pesado, Travis está dispuesta a ser una de las protagonistas de Thelma y Louise. Esta canción representa la libertad que siente la artista en este momento. Un momento en el que se siente capaz de cualquier cosa, se siente independiente, segura y con ganas de empezar una nueva vida. Es a partir de esta canción cuando vemos un cambio en la música, que pasa de un estilo algo más apagado e intimista a otro que denota alegría y celebración.
si he llegado a alguna parte
con todo bajo control.
Y es a través de esa experiencia como consigue las fuerzas suficientes para dejarlo todo y "empezar a ser valiente" en La chica del tren, donde volvemos a ese desdoblamiento de la personalidad de la protagonista en el que al final se descubre que habla de su propia historia. Una historia en la que nos cuenta que lo mejor que pudo hacer para superar su situación fue alejarse:
A su izquierda una maletaY por fin vemos el mensaje de optimismo que le hacía falta para volverse fuerte y levantarse de la caída que anunciábamos anteriormente en mi título inventado:
llevaba el corazón, ropa limpia y horas muertas
solo quería perderse
huir lejos de allí, donde no pudiera verte
Y la verdad
es que no me ha ido tan mal
resbalando entre la gente
siendo sólo agua corriente
bebiendo en otro lugar
Por último, Travis nos cuenta en Creature of the Night que ha conocido a otra persona, es decir, que ha podido volver a ilusionarse, ha podido volver a sentir la alegría, ha podido ver la luz en las tinieblas, ha podido ver su toda su vida anterior y superarla:
Iluminas el cajón
donde guardo mi pasado
Y aquí termina mi interpretación de lo que creo que es uno de los discos mejor trabajados del pop español de los últimos años. Estoy convencido de que si Travis lee esto algún día puede que piense que se me ha ido la cabeza tanto como a Eduardo o que debería comerme unos cuantos caramelos de manzana a ver si se me asentaban las ideas. Pero aunque todo esto no sean más que castillos en el aire tengo que agradecerle los magníficos ratos que he pasado en el Ford Thunderbird azul nácar, en el banco que hace esquina en Plaza España, en Nueva York del año 83 o en el vagón de una vieja estación en un tren de mala muerte.